martes, 25 de septiembre de 2012

La Mosca


A veces es mejor no ser doña perfecta.

Existe una leyenda urbana en el mundo de la publicidad sobre una mosca. La historia habla de un director creativo que cuando tenia que presentar una campaña controversial, colocaba una mosca en los bocetos. El cliente, entre confundido y molesto, se enfocaba en la mosca más que en el contenido de la campaña, la cual, una vez eliminada la mosca, era aprobada.

 En mi primera experiencia laboral tuve el placer de trabajar con uno de esos publicitarios míticos de los que se cuenta ponían moscas en sus bocetos. Miguel Angel Furones, cabeza creativa de Leo Burnett a nivel mundial por muchos años, bien podría haber sido el protagonista de esta fantástica historia, si no fuera porque la he escuchado en diferentes versiones, países y agencias.

Entonces, ¿cuál es al moraleja de la historia? ¿Debemos ir poniendo moscas en toda presentación de powerpoint que hagamos? ¿Debe la mosca ser física, o una foto sacada de google images es suficiente? ¿Vale un mosquito? ¿Le ponemos ruido para aumentar el efecto?

La moraleja es que tenemos que manejar las moscas de una forma colaborativa y no arrogante.  Las “moscas”, en vez de esconder, deben abrir un espacio para la discusión y el diálogo. Tenemos que aceptar que todo trabajo que presentamos, ya sea a clientes, distribuidores, analistas o jefes va a ser evaluado por un ser humano. Esta persona, capacitada para emitir un juicio de valor en muchos casos, o un inútil en muchos otros, va a tener la necesidad de hacer comentarios. Por muy bueno que sea lo que tengamos enfrente, estamos programados para proveer una opinión, ya sea por un deseo genuino de ayudar, o por una necesidad de establecer nuestra posición jerárquica en la tribu corporativa.


Es por esto que cuando, llenos de optimismo y energía, presentamos algo que “está 99% ahí” nos encontramos de repente en discusiones bizantinas que llegan incluso a poner todo el trabajo hecho en peligro. Mucho mejor presentar algo igual de solido, pero al 90%, dejando a la otra persona poder llenar los ______ en blanco. Será entonces un esfuerzo en equipo, donde el jefe pudo hacer su trabajo y dar dirección iluminándonos con su sabiduría. Así mismo, a la hora de evaluar el trabajo de nuestros equipos, acordémonos de que ahora somos nosotros los que tenemos esa necesidad imperiosa de “añadir valor”.  Conscientemente busquemos “moscas” en nuestras interacciones que las hagan más productivas y provechosas. Mi único pesar es no haber sabido aplicar este sabio consejo durante muchos años de mi carrera.

¡Hasta la próxima!


Con más de 20 años de trayectoria profesional, Hernando Ruiz-Jiménez combina una amplia experiencia corporativa en compañías como PepsiCo, Diageo y Leo Burnett, exitosas aventuras empresariales como Wireless Idea, y estudios en las prestigiosas escuelas de negocios de Villanova y Stanford University, para traernos una visión fresca y distinta de los temas de interés y actualidad en el mundo del marketing.

2 comentarios:

  1. Yo a veces lo he conseguido!! pero eso, solo a veces!! ahora que cuando lo consigues te da muy buen resultado, me parece una muy sabía reflexión!!

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